De vez cuando, cuando cuadra, cuando nos apetece y sobre todo cuando el cabello lo necesita hacemos una hidratación en profundidad del cabello. Al volver de las vacaciones locas el pelo de Txiki A pedía a gritos muchos mimos así que hicimos una mascarilla casera y la aplicamos.
La mascarilla la hicimos con manteca de karité sin refinar, aceite de oliva y miel, se mezcla todo bien, bien, hasta que queda una masa compacta, nada líquida.
A continuación lo aplicamos por todo el pelo extendiéndolo bien, este mejunje hay que dejarlo en el pelo un buen rato. Lo suyo sería, por lo que he leído ponerle un gorro térmico, pero de eso no tenemos así que... ponemos un gorro de ducha más que nada por no dejar huella.
Pasadas un par de horas, lavamos el pelo normal con un champú suavecito, desenredamos y a otra cosa!!! Eso sí con el pelo muyyyyyyyy suave
como mimas ese pelo, me copio esta mascarilla gracias por compartirla.
ResponderEliminarHola, hace mucho que no escribo en el blog, últimamente no tengo mucho tiempo para nada pero lo sigo.
ResponderEliminar¿Dónde compras las mantecas y que proporción de cantidades usas para la mascarilla?
Hola Cruz, las mantecas las venden en muchos sitios, en Bodyshop carísima, en tiendas online como "mi tienda de pelo afro". Esta última vez he comprado un bote gigante en una tienda de productos para hacer jabones a muy buen precio.
EliminarRespecto a las proporciones dos cucharadas de manteca por una de miel y una de aceite.
Gracias por la información. Indagaré.
ResponderEliminarEl otro día llevé a la peque a Sidi Beauty en Vitoria que he conocido gracias a este blog. Le arreglaron el corte y le hicieron un peinado con Twist. Me fui, claro, con un montón de productos para probar.
Y que os parece esta variante (quizás más fácil de utilizar):
ResponderEliminarCalentar a baño maría el aceite de oliva (y un poco de germen de trigo si tenéis a la mano), cuando el aceite esté tibio, añadir la manteca de karité y remover hasta que la manteca se deshaga, y después añadir la miel... Y aplicar todo tibio.
Así no hay que pelearse con los grumos del karité y se podrá distribuir mejor.
Ojo no calentar demasiado para no perder propiedades, sobre todo de la miel.